Turó d’en Mota 2005, en la cumbre de los vinos espumosos

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«La próxima añada del que considero la cumbre de los vinos espumosos del Penedès será Turó d’en Mota 2005, una variedad, un lugar, una añada y xarel·lo plantado en 1940 sobre suelos ricos en nódulos calcáreos (14% piedra  calcárea activa) y vendimiado en 2005. Se trata de una añada potente y con mucha concentración, una maduración perfecta y buena acidez.

Todo esto es posible con unos rendimientos de 31 hectolitros por hectárea en un año que fue más cálido y seco que la media histórica. Una vez finalizada la crianza, este vino se degüella después de 121 meses de crianza en la botella (el etiquetado especifica la fecha de degüelle y yo degusté de las primeras botellas degolladas de esta añada), tiene un pH muy bajo de 2.96 y gran acidez, 7.4 gramos de ácido tartárico y tan sólo un gramo de azúcar residual, ya que no se añade azúcar a este vino ni a ninguno de los que elabora Recaredo; todos sus vinos espumosos son Brut Nature.

Estos datos son remarcables para un año seco y un verano cálido, que habitualmente da como resultado vinos maduros. Al menos aquí no nos encontramos ante un vino maduro, sino ante un vino compacto y potente, aunque el estilo de Turó d’en Mota es siempre austero y un poco cerrado, austero. Se trata de un vino muy mineral, más relacionado con el suelo que con las lías de la crianza. En boca se muestra excelente, profundo y mineral; a pesar de la larga crianza, todavía es muy vivo e incluso me atrevería a decir que joven… necesita tal vez más tiempo en botella?

El viñedo, con una extensión de 0.97 hectáreas, produjo 3.984 botellas en 2005. Han guardado la añada 2004 para ponerla a disposición más adelante, porque consideran que es una añada que se beneficiará de permanecer en crianza por más tiempo, en la línea de lo que pasó con 2001. Ya estoy deseando degustarlo…»

The Wine Advocate Magazine
Luis Gutiérrez
Octubre de 2016